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Por Cristina García Corrales
20 de Oct de 2020 · Educación y Sociedad
El envejecimiento de la población, así como la diversidad existente en la vejez pone de relieve la necesidad de implementar proyectos de intervención que promuevan el bienestar de las personas mayores y su calidad de vida. Una de las terapias no farmacológicas más utilizadas hoy en día es la estimulación cognitiva cuya finalidad es mejorar la neuroplasticidad del cerebro, previniendo o enlenteciendo los procesos y complicaciones asociadas a la vejez normal y patológica. En la presente propuesta se diseña y planifica un proyecto de intervención basado en la psicoestimulación cognitiva para personas mayores sanas o con deterioro cognitivo leve con el objetivo de mejorar el bienestar y la calidad de vida de las pacientes, prevenir y enlentecer el deterioro en las funciones cognitivas y preservar un nivel de autonomía satisfactorio. Las destinatarias son 12 personas de entre 65 y 90 años que viven en una residencia privada. A lo largo de un mes se realizaran sesiones con actividades enfocadas en la estimulación de diversas áreas.
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Es un hecho irrefutable que nuestra sociedad cada vez se ve más envejecida. Esto se debe al aumento de la calidad y esperanza de vida y a la disminución de la tasa de mortalidad y de natalidad, provocando que las personas lleguen a una edad cada vez más avanzada. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2018) en 2018 la proporción de personas mayores de 65 y más años es del 19,20% sobre la población.
El envejecimiento está caracterizado por cambios biológicos, psicológicos, y sociales, por lo que es imprescindible estudiarla desde un punto de bio-psico-social y abordarla desde un enfoque multidisciplinar.
Sin embargo, el envejecimiento a pesar de ser universal, no es igual en todas las personas. Éste hecho ha sido el foco de investigación de diversos autores y la clasificación más extendida es la siguiente (Abeles, Gift y Ory, 1994; Baltes y Baltes, 1990; Fernández Ballesteros, 2002; Garfein y Herzog, 1995):
Desgraciadamente no se ha descubierto aún un tratamiento para la demencia, sino que la corriente terapéutica actual se centra en enlentecer el curso de la enfermedad, es decir, se enfoca hacia la prevención.
Dentro de las terapias no farmacológica encontramos la estimulación cognitiva que se define como el conjunto de actividades y estrategias que se emplean para mejorar la neuroplasticidad del cerebro y el funcionamiento cognitivo de la persona y prevenir o enlentecer posibles complicaciones y deterioros ya sea a causa de la edad o de una patología. Fundamentalmente se trabaja sobre las habilidades o capacidades que el paciente preserva, por ello es imprescindible aplicarla como medida de prevención.
Los estudios avalan la estimulación cognitiva como terapia pues muestra enormes beneficios tanto en el envejecimiento normal como en aquellas personas que muestran deterioro cognitivo leve o demencias, mostrando una tasa de eficacia elevada no sólo a nivel cognitivo sino también en la afectividad, autoestima, autoeficacia y percepción de calidad de vida y bienestar entre otras.
En la investigación llevado a cabo por Llanero, Montejo, Montenegro, Fernández y Ruiz (2010), encontraron una tendencia a la mejoría en diversas funciones cognitivas en pacientes con deterioro cognitivo leve que recibieron estimulación cognitiva.
Estos hallazgos son compartidos por Carballo-García, Arroyo-Arroyo, Portero-Díaz y Ruiz-Sánchez de León (2013) en los que se observa que el deterioro cognitivo se ralentiza con la estimulación cognitiva, además de mejorar el estado cognitivo en aquellos con envejecimiento sano.
Olarazán et al. (2010) pone de relieve que los pacientes diagnosticados de Alzheimer que recibieron estimulación cognitiva muestran una mejora en las funciones cognitivas y en la calidad de vida.
En la investigación llevada a cabo por Vega, Rodríguez, Montenegro y Dorado (2016) observaron un aumento en el desempeño de la atención en el grupo de personas mayores sanas con el que se trabajó la estimulación cognitiva.
El presente proyecto tiene como finalidad diseñar y planificar una intervención basada en la psicoestimulación cognitiva con personas mayores sanas o con deterioro cognitivo leve para mejorar su funcionamiento cognitivo, prevenir las posibles complicaciones asociadas al envejecimiento e incrementar su calidad de vida y bienestar.
Antes de comenzar la intervención en sí misma, sería imprescindible conocer las necesidades y características personales de las pacientes, por lo que se llevará a cabo un análisis de informes socio-sanitarios accediendo a los historiales del centro.
Se realizará una entrevista individual en el inicio del proyecto para poder evaluar la idoneidad de la muestra a nivel cognitivo, afectivo y relacional. Además, se realizarán entrevistas colaterales con las trabajadoras del centro para validar los datos, pues son ellas las que pasan mayor tiempo con las pacientes y las que en mayor medida perciben los estados y cambios cognitivos, afectivos y comportamentales en caso de haberlos. Se hará constar en un registro todas las entrevistas realizadas.
El cuestionario que se utilizará para evaluar el funcionamiento cognitivo es el Mini-Examen Cognoscitivo (MEC; Lobo, Ezquerra, Gómez, Sala y Seva, 1979), que es la versión adaptada al español del Mini-Mental State Examination (MMSE; Folstein, Folstein y McHung, 1975). Es un test de cribado de rápida aplicación que mide cinco 5 áreas cognitivas: orientación (espacial y temporal), fijación, concentración (atención) y cálculo, memoria y lenguaje
La presente propuesta de intervención de psicoestimulación cognitiva se caracteriza por objetivos generales y específicos.
Objetivos generales
Objetivos específicos: la estimulación se llevará a cabo mediante la presentación de estímulos visuales, auditivos o verbales.
Memoria
Atención
Cálculo
Lenguaje
Funciones ejecutivas
Percepción
Orientación
Son hombres y mujeres con una edad comprendida entre los 65 y 90 años que tienen un envejecimiento normal o que se les ha diagnosticado previamente de deterioro cognitivo leve pero no cursan patologías adyacentes.
El grupo con el que se trabajará consta de 12 personas en total, 9 mujeres y 3 hombres. Son pacientes que llevan un mínimo 3 meses viviendo en la residencia y que se han adaptado bien. En cuanto al estado cognitivo, 7 poseen un deterioro en las funciones propio del envejecimiento normal y 5 han sido diagnosticadas por su neurólogo con deterioro cognitivo leve. Todas las participantes saben leer y escribir, sin embargo 4 tienen problemas visuales
La propuesta se implementará en una residencia privada destinada a la tercera edad para pacientes válidos y asistidos. Cuenta con un equipo multidisciplinar especializado: médico, psicóloga, fisioterapeuta y auxiliares de enfermería. La intervención se llevará a cabo en el comedor del edificio pues es la habitación más cómoda y amplia del edificio.
Se llevará a cabo una metodología grupal. Es imprescindible crear un clima de trabajo seguro, confortable y de confianza que promueva la integración, la participación activa, las relaciones interpersonales, el bienestar, la cohesión grupal, el sentimiento de pertenencia, favoreciendo así un trabajo dinámico. Las técnicas e instrumentos de las que se valdrá la psicóloga para guiar las dinámicas y sesiones grupales son:
El proyecto de psicoestimulación cognitiva está compuesta de 19 actividades. Cada una de ellas estimula varias áreas cognitivas a la vez, por lo que una misma actividad cumplirá diversos objetivos específicos.
Fase I: evaluación y diagnóstico de necesidades, muestreo y la medición pre-test. Se estima que esta fase durará una semana.
Fase II: es el plan de ejecución en el que se realizarán las sesiones y actividades. La psicoestimulación tendrá una duración de cinco semanas y cinco días comprendidos entre junio y julio. Los días acordados con el centro son lunes, miércoles y viernes de 16:30 a 18:30.
Fase III que se caracteriza por una medición post-test para comprobar la efectividad del proyecto y una duración de una semana.
En total el proyecto de psicoestimulación se compone de 18 sesiones. La estructuración de cada sesión será fija con el objetivo de promover una rutina de trabajo que ayude a las participantes a adaptarse a la intervención:
Se llevarán a cabo breves entrevistas colaterales todos los lunes para realizar un seguimiento y recabar información sobre las participantes y los cambios que las trabajadoras hayan atisbado en ellas.
Una respuesta esperable es que alguna de las participantes sienta nerviosismo o ansiedad ante el fallo o la incomprensión de la actividad, por lo que se debe prestar especial atención a que entiendan las instrucciones y no pasar al siguiente paso hasta que se confirme que lo han entendido.
En caso de que surjan conductas disruptivas o algún conflicto en mitad de la sesión, la psicóloga debe controlar la situación, reducir la tensión y reconducir la sesión y una vez finalizada realizar un acercamiento con las partes implicadas empleando estrategias de resolución de conflictos.
Los recursos que serán proporcionados por la residencia sin coste alguno serán: la infraestructura, el mobiliario y una impresora para imprimir las fichas.
Los recursos que conllevan un coste para la intervención serán:
El presente proyecto de intervención goza de un gran equilibrio entre coste-efecto. Los gastos del proyecto se centran sobre todo en el sueldo de la psicóloga, siendo los gastos en material fungible ínfimos.
Para el seguimiento de la intervención se realizará una revisión semanal del diario de campo para comprobar que se cumple con el cronograma y evaluar la ejecución de las actividades y posibles incidencias. También se usarán las entrevistas colaterales para realizar un seguimiento de la intervención y de las participantes
Se evaluarán los resultados del proyecto de intervención realizando una medición pre y post-test con el cuestionario MEC (Lobo, Ezquerra, Gómez, Sala y Seva, 1979) y se analizarán los resultados mediante el programa estadístico SPSS 23 (IMB, Armonk, NY, USA) con la finalidad de evaluar si se han cumplido los objetivos.
Los resultados que se esperan tras la intervención son un fortalecimiento de las relaciones sociales y una mejora en el bienestar y el estado emocional de las pacientes, así como la mejora o estabilidad en al menos cuatro de las áreas trabajadas.
Tras realizar el análisis estadístico se espera obtener una mejora o estabilidad en cuanto a las puntuaciones del post test de aquellas pacientes que experimentan un envejecimiento normal y una estabilidad o un enlentecimiento del deterioro en cuanto a las puntuaciones de aquellas que están diagnosticadas de deterioro cognitivo leve.
Sería interesante evaluar si el proyecto de intervención actúa como factor de protección y disminuye la probabilidad de padecer enfermedades asociadas al envejecimiento normal como el deterioro, para ello se debería realizar una intervención de mayor temporalidad y hacer mediciones más exhaustivas con cuestionarios más específicos. Además, la muestra era reducida y muy heterogénea por lo que más adelante sería recomendable implementar el proyecto en más centros y obtener una muestra que se divida en dos grupos de intervención uno sano y otro con deterioro cognitivo leve para poder adaptar las actividades en niveles y realizar una intervención que se ajuste a cada grupo.
Referencias
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Carballo-García, V., Arroyo-Arroyo, M. R., Portero-Diaz, M. y Ruiz-Sánchez de León J.M. (2013). Effects of non-pharmacological therapy on normal ageing and on cognitive decline: Reflections on treatment objectives. Neurología (English Edition), 28(3), 160-168.
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